El descubrimiento del fuego se remonta a muchos miles de años. Los historiadores creen que fue el HOMO ERECTUS el que descubrió el fuego; quizá lo hicieron tras presencial la erupción de un volcán; o un día de tormenta cayeron muchos rayos y uno de ellos incendió un árbol, al acercarse a mirar y tocar el fuego, se dieron cuenta de que quemaba.
Al principio el fuego solo lo utilizaban si comenzaba de manera natural. Cuando se disponía de él, era preciso mantenerlo ardiendo continuamente, y si alguna vez se extinguía había que reanudar cuanto antes la busqueda de otra hoguera o sería preciso esperar de nuevo el fuego provocado por medios naturales, y esperar a que las condiciones fueran favorables para hacerse con él sin peligro.
El descubrimiento del fuego supuso muchísimos cambios en la vida del hombre prehistórico: procuró luz y calor, mantenía alejados a los animales peligrosos... Además el Homo Erectus podía acarrear ramas encendidas para levantar la caza, provocar estampidas y conducirla hacias las trampas o los despeñaderos.
El fuego también hizo posible cocinar el alimento, lo cual es más importante de lo que pueda parecer. La carne es más tierna y sabrosa si se asa, y además mucho más sana.
Poco a poco se irían desarrollando técnicas para iniciar un fuego donde antes no lo hubo. El Homo Erectus aprendió a reproducir el fenómeno del fuego empleando distintas técnicas, tales como la fricción de piezas de madera, el arco de fricción, crear chispas empleando piedras, etc.